Tuesday 27 April 2010

Los semaforos

Manejar en una ciudad como Medellín cada vez se hace más horrible y tedioso, las razones son muchas. Creo que una de las que me afecta es ese condenado calentamiento global. Medellín que hace solo unos 5 años reportaba temperaturas de unos 32°C o 33°C máximo, ahora está llegando a reportar 38°C o 39°C a la sombra.

Esto de la temperatura tiene una "solución". Afortunadamente los carros tienen aire acondicionado, entonces no importan los 35°, 36° o 38°C de afuera; dentro del carro la temperatura es 20°C. Claro la solución no es tan completa, tiene dos principales aspectos negativos. El primero es el aumento en el consumo de gasolina, es decir, más plata pal carro. La segunda es inclusive peor (si peor), es que el aumento en el consumo de gasolina, aumenta la cantidad de emisiones del carro, lo que aumenta la concentración de CO2 en el valle de aburra, aumentando así la cantidad de gases de efecto invernadero, lo que generará que la temperatura en Medellín siga subiendo. Mejor dicho, #fail, #bigfail, #epicfail.

Otra cosa son las vías; pocas, llenas de huecos y de trancones. Realmente eso hace complicada la manejada, lo cual me parece demasiado patético, porque una de las cosas que más me gusta hacer en la vida es manejar, y manejar con estilo.

La pregunta sería entonces, ¿Cómo es que disfrutás manejar? Bueno, uno debe encontrar los momentos para disfrutar la manejada. Para mí las condiciones ideales son piso seco, temperatura fría (18°C), y curvas interesantes, sin resaltos y literalmente corriendo. Me acuerdo de las escaladas de palmas cuando apagan las luces, o por el escobero cuando está seco.

Pero entonces, ¿cómo hago yo para disfrutar la manejada? Bueno yo me pego de las bobadas, y literalmente son bobadas, bobadas que muy poquitas personas (y personitas muy especiales) saben, las cuales me dispondré a revelar públicamente en este cariñoso blog.

Bueno, la primer bobada: estar siempre sentado en posición de manejar con estilo. La silla recta y ambas manos ubicadas como si en cualquier momento alguien me retara a unas carreritas, estar en estado de alerta, aunque nunca salga a competir, por la misma responsabilidad que uno maneja.

La segunda bobada: la música, poner música que lo ponga a uno feliz, música relajada, canciones como Nur ein Wort o Soundso de Wir sind Helden.

Hasta ahí todas las bobadas normales, nada del otro mundo; pero falta la bobada más grande, que se basa en mi concepción de los semáforos. Para mí los semáforos representan una de las cosas que más me relajan en la vida.

Para mí la luz roja del semáforo es algo muy, pero muy chévere. Es tan chévere que yo freno el carro y me siento y admiro esa berraquera de color, y disfruto el momento!!. Caso distinto es con la luz verde en los semáforos, es algo que me genera repulsión, me provoca largarme, acelerar, abrirme del parche, que es ese color tan horrible, con razón lo ponen, para que a uno le provoque moverse para dejarlo de ver, y dejarlo de hacer trancón.